Je ne suis pas marxiste


Je ne suis pas marxiste
Karl Marx

Hasta 1939 era marxista.
Entonces me volví
marxista.

Fui marxista hasta 1956.
Pero los acontecimientos de aquel año
sacudieron muchas de mis certezas
y me volví marxista.

Así las cosas, fui marxista
hasta 1968. La historia universal
me abofeteó de nuevo a conciencia
y en aquel mismo año
me transformé en marxista.

Con todo ello fui marxista
hasta 1989. Para algunos ideólogos,
el final de la historia; para mí el año
en que definitivamente
llegué a ser marxista.

J. Riechmann

[En el 2008, caducó el sistema capitalista.
Al año siguiente, voté por Ávila.]

***

Hay tanto polvo y sustancias alergénicas sobre aquella vieja palabra que no podemos sino pronunciarla en voz baja, con escozor, con cierto sentimiento de culpa: revolución. Tanto vano discurso “revolucionario”, tanta evocación retórica de la revolución, y bajo los adoquines no había arena de playa. (Quizás sí, quizás había arena bajo los adoquines de París y Praga y Tlatelolco, pero fue utilizada en cemento para las vértebras de este o del otro edificio, muy posiblemente una fábrica de armas, un banco, un food court con capacidad para quinientos comensales, todas ellas estructuras respetables que quedarán per secula seculorum como signos indiscutibles de la grandeza del plomo y las papas fritas).

Para nosotros resulta una obviedad necesariamente repetida: la revolución, temblores aparte, sólo puede ser indicada partiendo del mundo en su estado actual, y ese mundo es el proyecto capitalista. Lo que se opone a ello, sin esperanza de conciliación, es el proyecto de autonomía individual y colectiva. Haciendo aquí énfasis sobre “sin esperanza de conciliación”, porque los valores del credo capitalista son antinómicos con la autonomía y la autodeterminación, a saber: maximación del poder, del consumo, del prestigio, expansión ilimitada del dominio racional/tecnocientífico, y un modelo antropológico del hombre que parte de la máxima latina homo lupus homini: el hombre es un lobo para el hombre. Este es el imaginario burgués, sus pedestales, sus aspiraciones últimas que se concretan en el orden social.

Sin embargo, quienes, como nosotros, piensan que un cambio radical en los paradigmas que rigen el mundo es, no sólo posible, sino necesario, están obligados a lidiar con las preguntas que una propuesta tan descabellada y hermosa suscita. ¿Es posible transformar la “naturaleza humana”? ¿La colectivización de los medios de producción no atenta gravemente contra la lógica de Dios o, en su defecto, contra la ciencia que administra sus inversiones terrenales, la economía? ¿Qué método anticonceptivo utiliza Santa Claus? ¿Es posible la democracia directa en sociedades tan complejas, con más de 374 canales por cable y abrelatas de diseños nada despreciables? Sobre todo, ¿qué ocurrirá con mis ahorros y mis pantuflas de fin de semana después de la revolución?*, como apunta el poeta.

Al igual que Gautama el Buda, en su parábola de la casa en llamas, nosotros tenemos poco que decir al respecto, a no ser por cosas de dominio popular: que nos apuntala la tenue certeza de que el humano puede abismarse sobre su espíritu, abrirse al diálogo, a la cooperación, al enigma, a la autodeterminación y renunciar a la explotación y la ignominia, que el coitus interruptus y Santa, que las pantuflas de fin de semana seguirían en su lugar, con la salvedad de que la semana no será la semana, habrá quedado atrás como los aviones a chorro, la cara de Barack o de Fidel o de Tony o de Hugo, el despertar a campanilla, el ajustarse a termómetro y ventosa, la jubilación a patadas en el culo (cuarenta años de fruncir el baste pare que duela menos, pero lo mismo duele, lo mismo la punta del zapato entra cada vez un poco más, a cada patada desfonda un momentito mas el pobre culo del cajero o del subteniente o del profesor de literatura o de la enfermera)**…

Quién sabe. Quizás el humano es otra cosa, ni pájaro sin plumas, ni lameculo, ni lobo, ni oficinista, ni animal extraño. Otra cosa, digo, que esto que han hecho de nosotros. Pero para arrancarnos de un solo tajo este rostro perverso habrá que hacer jirones nuestra piel sobre las piedras afiladas de la historia, dinamitar los rascacielos y dar lugar para que ascienda el trigo***, renunciar al infierno y al paraíso sobre la tierra, quemar no pocos folios de códigos hieráticos y desandar.
Y volver a andar.

Por esto, y por otras cosas, hay que hacer una revolución.****

Colectivo Caracol.



Apuntes.

*traducción libre de una versión inglesa de Parábola de Buda sobre la casa en llamas, Historias de Almanaque, Bertolt Brecht:


Gautama, el Buda, enseñaba la doctrina de la Rueda de los Deseos,
a la que estamos sujetos, y nos aconsejaba
liberarnos de todos los deseos para así,
ya sin pasiones, hundirnos en la Nada, a la que llamaba Nirvana.
Un día sus discípulos le preguntaron:
«¿Cómo es esa Nada, Maestro? Todos quisiéramos
liberarnos de nuestros apetitos, según aconsejas, pero explícanos
si esa Nada en la que entraremos
es algo semejante a esa fusión con todo lo creado
que se siente cuando, al mediodía, yace el cuerpo en el agua,
casi sin pensamientos, indolentemente; o si es como cuando,
apenas ya sin conciencia para cubrirnos con la manta,
nos hundimos de pronto en el sueño; dinos, pues, si se trata
de una Nada buena y alegre o si esa Nada tuya
no es sino una Nada fría, vacía, sin sentido.»
Buda calló largo rato. Luego dijo con indiferencia:
«Ninguna respuesta hay para vuestra pregunta.»
Pero a la noche, cuando se hubieron ido,
Buda, sentado todavía bajo el árbol del pan, a los que no le
habían preguntado
les narró la siguiente parábola:
«No hace mucho vi una casa que ardía. Su techo
era ya pasto de las llamas. Al acercarme advertí
que aún había gente en su interior. Fui a la puerta y les grité
que el techo estaba ardiendo, incitándoles
a que salieran rápidamente.
Pero aquella gente no parecía tener prisa. Uno me preguntó,
mientras el fuego le chamuscaba las cejas,
qué tiempo hacía fuera, si llovía,
si no hacía viento, si existía otra casa,
y otras cosas parecidas. Sin responder,
volví a salir. Esta gente, pensé,
tiene que arder antes que acabe con sus preguntas.
Verdaderamente, amigos,
a quien el suelo no le queme en los pies hasta el punto de
desear gustosamente
cambiarse de sitio, nada tengo que decirle.» Así hablaba
Gautama, el Buda.
Pero también nosotros, que ya no cultivamos el arte de la paciencia
sino, más bien, el arte de la impaciencia;
nosotros, que con consejos de carácter bien terreno
incitamos al hombre a sacudirse sus tormentos; nosotros
pensamos, asimismo, que a quienes,
viendo acercarse ya las escuadrillas de bombarderos del capitalismo,
aún siguen preguntando cómo solucionaremos tal o cual cosa
y qué será de sus huchas y de sus pantalones domingueros
después de una revolución,
a ésos poco tenemos qué decirles.


**Capítulo 71, Rayuela, J. Cortázar

***Aída, fusilemos la noche, Roque Dalton (RD)

****De elefantes hormigas y revoluciones, Sub-Comandante Marcos

*****Saludos a Pericuyo.

*****Dice Elena que dice la Revista de Filosofía de la UCA que caducó el sistema capitalista. Y que los intelectuales de izquierda ya no leen a Marx, ni a Castoriadis.

*******En realidad jamás creí que se tomarían la molestia de leer hasta acá.

********No sé cómo hacer para que sólo se publique un fragmento de la entrada, con un vínculo para el resto.

*********Salud y anarquía.

Vale de revolución....

11 Jutiadas :: Je ne suis pas marxiste

  1. Sos terribleeeee!!!
    Qué balconeada!!!!
    No dice así exactamente, te lo expliqué.
    Y te dije también que Eric Hobsbawn dice que ahora hay que leer a los Grundisse, y es tan apasionado el Hobsbawn que ya me dieron ganas de leer los manuscritos de Marx -eso no te lo dije entonces-.


    :(
    (aquí no hay caritas bravas)

  2. Ah, y no dije "Ya no leen". Dije: No leen.
    Y no dije nada de Castoriadis porque ni lo conozco. Me citás con inquina, grosero.

  3. Y ya leer a Marcuse se volvería un facilismo, no? Y qué cosa el Castoriadis ustedes los del Jute me lo han presentado. Gracias. Y Vale de comentario inutil...

  4. @Elena: Te cito con gracia pero sin precisión. Nada de inquina.
    Y es peligroso andar leyendo a marx post-2008.
    :P

    @Raúl: Marcuse se lee en las barricadas, escuchando a un músico de jazz tocando el piano.
    A Marx se lee con las barbas en remojo. jujuju(te)

    ***
    Ruego encarecidamente no confundir "el partido" con la revolución.

    Y que algo esté caduco no significa que no nos lo quieran vender, como bien sabemos los compradores incautos de leche.

    Vale de analogía.

  5. El pericuyo tiene su gracia citando, al parecer uted tambien. veremos como sale esto:

    "Un fantasma se cierne sobre Europa: el fantasma del comunismo...
    " Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto comunista

    "¡Sí, por supuesto! Los viejos fantasmas han muerto, pero siempre nacen nuevos."
    Jaroslav Seifert, La columna de la peste



    pd. ¿enserio, eso dijo Helena? juela...

  6. Por cierto que tengo un libro sobre el Subcomandante Marcos que compré cuando estaba enamorada de él -a los 18- y que bien podría regalarte.
    Me avisas.

    Y don Piyuk: Elena sin H

  7. Señora, Con el respeto o con el irrespeto que se merece, desearía acotar sobre este punto: “Por cierto que tengo un libro sobre el Subcomandante Marcos que compré cuando estaba enamorada de él -a los 18-“
    Desconozco cuantos años guarda, quizá para estos oficios me interesa saber a los cuantos años vino el “desamor”, así le diré a la vecina que tome las precauciones del caso -sobre la ancianidad, edad provecta, vejez, “madurez” y el aparcamiento ideológico-

    Vale de pasamontaña.

  8. Las mentes realmente lúcidas ocupan el tiempo en producir, en lugar de vegetar sus sexos con infulas de bohemios incomprendidos... Lástima las neuronas que desperdicias sus escuálidas ánmimas serían productivas en ratas de laboratorio............
    por la patria siempre, venceremos a los enemigos de la libertad!

  9. O sea, mi payasito fachista, que su medida de lucidez es el coeficiente intelectual del dueño de una maquila: lugar donde se ocupa el tiempo en producir. Mire que bien!!! no sabia, ahora puedo vivir más tranquilo, con esas medidas ante las cosas el mundo es muy fácil.
    También yo quiero vencer a los enemigos de la libertad, empezando por vos fachista. "fachista" ay no, jajaja, qué cagado de la risa!!!

  10. "El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va".
    Antoine de Saint-Exupery

    Por favor, vos: fachista. Hacete a un lado!

  11. Hola amigos, al fin que entro en el Jute...me gusta un mont{on y quisiera tener más posibilidades de conectarme , por lo que leo hay varios a los que incomoda este sitio...Bueno, cuando genera escozor en algunas conciencias tan "patrioticas" es que se esta haciendo buen trabajo...Abrazo a todos y todas....Por favor saquen más poemas de ustedes...hay que golpear con los versos a los que no soportan las palabras......