Libertad bajo palabra, falsa neutralidad, obscenidades y jutiadas.


Dice el chichimeca que le contó el Pericuyo, que dice Vala que dice Mar(x)cus, que el análisis critico de esta sociedad solicita nuevas categorías: morales, políticas, estéticas, -agregaría sexuales, por supuesto- esto recuerda a kate Mollet citada en un epígrafe por Roque Dalton, donde expone: “el sexo es una categoría política”, a lo que el poeta responde: Nadie discute que el sexo /Es una categoría en el mundo de la pareja:/ De ahí la ternura y sus ramas salvajes. /Porque cuando una mujer dice/ que el sexo es un categoría política/ puede comenzar a dejar de ser mujer en sí/ para convertirse en mujer para sí,/ constituir a la mujer en mujer/ a partir de su humanidad/ y no de su sexo. (Muchas feministas distan comprender esta premisa, doy fe)


En esta coyuntura electoral, la categoría de la obsceni­dad nos servirá de gran manera, esta sociedad es obscena en cuanto produce y expone indecentemente una sofocante abundancia de bienes mientras priva a sus víctimas de las ne­cesidades de la vida; obscena es la campaña millonaria, violenta y carente de propuestas concisas y claras propiciada por los partidos políticos y por organizaciones de la sociedad “civil” ( piensa, reflexiona, vota con sabiduría, las mujeres votan con el corazón, ¿acaso las mujeres no piensan? ¿a caso las mujeres no han desarrollado la parte cognitiva y actuan unicamente por instinto volitivo? -me pregunto- ¿y si las mujeres cierran los ojos, por quién van a votar? por el dicho: ojos que no ven corazón que no siente., ¿les parece ofensivo?; Otra de las obscenidades es ciudad mujer, cuando sabemos que lo que se necesita no es una ciudad, sino un país, un mundo para todos y todas; pero, esto se queda corto como mis calzoncillos anaranjados, si observamos la utilización de la figura del mandatario venezolano (Cuba es la patria, Argentina es la patria, Venezuela es la patria, El Salvador es la patria, Venus es la patria Júpiter es la patria, el jute no es la patria, estamos uniendo una sola patria) injurioso realmente, vejatorio, insultante; es obsceno el servilismo de los medios impresos, radiales y televisivos ubicados a la diestra de Dios partido, Dios padre; no es menos obsceno saber que las armas de un presidenciable son la biblia, la constitución y un lapicero (claro, el lapicero no es BIC, ni Rolo); resulta obsceno y ofensivo escuchar a la chibola de “académicos” serviles al régimen de “libertades”(Gómez Zárate, Ivo Priano Alvarenga, Kirio Waldo Salgado, que piensan que la vaca es marihuanera porque come hierva, -vaya argumentos-); resulta obsceno escuchar la “fecundidad” en la oralidad que maneja el candidato tricolor ¿será que las palabras se esconden, será que no tiene palabras, será que no es de palabra? (ojalá tuviera la verborrea de la niña reservista del anuncio de fuerza solidaria); obsceno es no decirle a esa mujer que la amo, no tener fuerzas suficiente para cometer todo delito que el amor exija; obsce­na son las palabras y sonrisas de los políticos y sus bufo­nes; en sus oraciones, en su ignorancia, y en la sabiduría de sus intelectuales a sueldo; obsceno lindando con lo pornográfico es ver y escuchar a Giovanni Galeas, Marvin Galeas y a Federico Hernández, presentándose como la vanguardia del pensamiento académico salvadoreño, el blanco y negro de la intelectualidad, vaya cebras, vaya tablero de ajedrez, vaya bola de pendejos (citando a molotov, claro) obscena es la ordenanza municipal en la que se establece que van a matar a todos los perro callejeros en Usulután para evitar brotes de rabia; obsceno es estar leyendo esto y continuar leyendo y no comentar.


Dice Marcuse: La “obscenidad” entraña un concepto moral en el arsenal verbal del sistema establecido, que violenta el término aplicándolo, no a las expresiones de su propia moralidad, sino a las de la ajena. No es obscena en realidad la fotografía de una mujer desnuda que muestra el vello de su pubis; sí lo es la de un general uniformado que ostenta las medallas ganadas en una guerra de agre­sión; obsceno no es el ritual de los hippies, sino la decla­ración de un alto dignatario de la Iglesia en el sentido de que la guerra es necesaria para la paz. La terapia lingüística —esto es, la tarea de liberar las palabras (y por tanto los conceptos) de la total distorsión de sus significaciones, operada por el orden establecido— exige el desplazamiento de los criterios morales (y de su vali­dación), llevándolos desde el orden establecido hasta la revuelta contra él.


De modo similar, el vocabulario socio­lógico y político debe ser remodelado radicalmente: debe despojársele de su falsa neutralidad; debe ser metódica y provocativamente “moralizado” en términos del Rechazo. La moralidad no es algo necesario ni pri­mordialmente ideológico. Frente a una sociedad amoral, se convierte en un arma política, una fuerza efectiva que impulsa a la gente a quemar sus tarjetas de reclutamien­to, a ridiculizar a sus líderes nacionales, a hacer mani­festaciones en las calles y a desplegar carteles diciendo “No matarás” en las iglesias del país. La reacción ante la obscenidad es la vergüenza, gene­ralmente interpretada como la manifestación fisiológica del sentimiento de culpa que acompaña a la transgresión de un tabú. Las obscenas muestras de la sociedad opu­lenta no provocan normalmente ni vergüenza ni senti­miento de culpa, aunque dicha sociedad viola algunos de los más fundamentales tabús morales de la civiliza­ción. El término obscenidad pertenece a la esfera sexual; la vergüenza y el sentimiento de culpa surgen en la situación edípica. Si a este respecto la moralidad social se halla enraizada en la moralidad sexual, la desvergüen­za de la sociedad opulenta y su eficaz represión del sentimiento de culpa indicarían entonces un declive en la esfera sexual de la vergüenza y del sentimiento de culpa.


Por una Subversión cultural, el gran rechazo a los partidos políticos. Comente no sea obsceno/a.




Vale de obscenidad.

4 Jutiadas :: Libertad bajo palabra, falsa neutralidad, obscenidades y jutiadas.

  1. Qué maravilla que esta entrada sea cucaverga y de boxers anaranjados.

    Yo no quiero ir a Ciudad Mujer, me niego, me niego. No quiero aprender a hacer quesadillas ni a pintar el pelo ni a planchar camisas -como la perica cuando quiere que el perico vaya a misa: "se levanta muy temprano, a plancharle la camisa"-.

    Tampoco me gustan las falacias de Funes-Obama y de las familias retornadas de los refugios por la lucha -de arena o el fmln, con minúsculas-. Ayer veía un bordado en el Museo de la Minitatura de los desplazados en Honduras. Era de 1983 y no querían volver...


    Lo que no encontré acá, y me parece realmente obsceno es la fábrica de empleos (o sea: una maquila?) del fmln y que EDH siga a Mauricio Funes como si fuera la Paris Hilton: Con papparazzis y fotos aereas de su casa.

    Qué cucavergas!

  2. "Las putas al poder,
    sus hijos han fracasado"

    Don Piyuk, realmente ha descrito toda la obscenidad de nuestra sociedad en esta coyuntura electoral, la campaña fue un ínsulto a la dignidad humana, al intelecto.
    Espero no ser porno, pero aún así voy a ir a votar, me enferma la idea que gane el señor al que se le esconden las palabras -y las ideas- y que los mismos sigan jodiendo a la gente, prefiero al soberbio con labia para que nos jodan otros, ji,ji.

    Vale de cambio.
    =)

  3. Cambio de jodión. Me parece.
    Y la frase no tiene precio. jajaja.
    Putas al poder, sus hijos han fracasado... jajajajajajajajajajaja. Era risa seria.
    Vale de gana de joder.

  4. me ha encantado esta entrada!