No convertirse en viejos prematuros, dice Benedetti.
Pero la vejez siempre vence.
Es el camino habitual: de la alegría al desencanto; de la esperanza a la indolencia; de la rabia al pago puntual del recibo. Cada quinientos años nace alguien que se escape a esa ley.
Sálvese quien pueda.
Las formas adultas, expresadas en el modo en que esos niños habían sido educados cuando muy pequeños y asimismo en el tipo de vida ofrecido a los hombres jóvenes prontos a casarse y a participar en la vida social, siempre terminaban por vencer, aunque durante un intervalo de pocos años, mientras eran niños, se les hubiera otorgado una engañosa libertad.
Margaret Mead, Cultura, sexo y adolescencia en Samoa.
Tendrás una madurez común,
disputarás con tus hijos la lonja más gorda del steak familia
y para poner sabor dramático a tu vida
bastarán cierto sábados con Beethoven y Bach.
Esa es la gloria bíblica.
Cada quinientos años nace un hombre que escape a esta ley.
Lo demás es cuestión de tu orgullo, espejismos.
Roque Dalton.
¿Qué es pensamiento crítico?
Hace 1 día
Vuelvo (como ya sabemos quiénes vuelven aunque sea con hijos de otro).
Esto de la vejez me está pegando. Yo pensaba que era un vestido demasiado grande para mí. Pero ya es de mi talla.
...
Y entonces, obviamente, ya sé quiénes son las cenizas de Gramsci.
Saludos, señorxs!
Elena
25 de septiembre de 2009, 10:57